EL TIEMPO HA PASADO...

"... Día tras día te bendeciremos y alabaremos tu nombre por siempre jamás... "(Himno Te Deum)

Un 16 de mayo, hace 15 años, llegábamos a Valdivia las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires a sumarnos a la tarea evangelizadora de estas tierras húmedas del sur de Chile.

En un sector de creciente expansión, por la construcción de nuevas viviendas en poblaciones recién creadas, los hermanos católicos necesitaban un lugar común, un apoyo en la fe y consolidarse como comunidad seguidora de Jesús. Todos estos anhelos nos son compartidos por el Obispo, Mons. Ezzati, sdb, pastor de esta Diócesis.

Por otra parte nuestro Instituto, a las puertas del tercer milenio, escuchando la voz del Espíritu que dinamiza la misión y abre caminos nuevos, desea extender su carisma y presencia a otras tierras de América. Finalmente la luz del Señor se hace clara y partimos a México y a Chile en el año 1998 para dos nuevas fundaciones.

El tiempo ha pasado y la misión continúa: hemos visto la obra de Dios y su mano protectora que bendice lo pequeño que podemos ofrecerle y lo hace fecundo y grande para su Reino. Nos ha hecho gustar el gozo de la vida entregada a su servicio, sin quitarnos la participación en su Cruz que siempre tiene valor de redención.

Hoy podemos cantar con los sentimientos del alma de María Inmaculada: “El Poderoso ha hecho obras grandes en mí” o El Poderoso al verme tan pequeña, tan insignificante, ha hecho brillar su grandeza, y así la obra queda toda suya”.

Damos gracias a este Dios-Amor por su fiel compañía y amistad, por lo que opera en las almas, por lo que va suscitando en obras de bien, por la fecundidad que pone en ellas, por sus bendiciones cada día.

Y… damos gracias a los hermanos y hermanas, tantos corazones buenos que encontramos en el camino de 15 años de misión, gracias por su amistad y cercanía, por su confianza y apertura, por permitirnos ser con ellos aquí discípulas misioneras de Jesús.  ¡Magnificat!