Hoy día martes 8, hemos iniciado fervorosamente un nuevo Mes dedicado a nuestra Madre.
El grupo de Liturgia preparó la oración del Rosario y la Eucaristía que celebramos, y así, cada día, cada semana, cada uno de nosotros, cada grupo de nuestra comunidad irá preparando y dedicándole tiempo a Ella, para acompañar la oración que elevaremos en su honor, pidiendo su materna intercesión ante Cristo, su Hijo, nuestro Señor.
Al meditar los Misterios de la Vida de Jesús y de María pidamos la gracia de aprender de ellos el modo de conducirnos en cada situación de la vida: gozosa o de dolor, festiva y luminosa.
Alegres por este mes bendito ofrezcamos a nuestra Madre las flores espirituales que reza la oración: la caridad, la humildad, la inocencia, la paciencia y la esperanza... No nos faltarán oportunidades cada día de cultivarlas en nuestra alma como signo de afecto a Ella, la Virgen Inmaculada, pues "Nos vamos transformando en aquello que amamos" y como buenos hijos queremos parecernos un poco más a nuestra Madre María, de quien tomó los rasgos humanos el Hijo de Dios.
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